Reflexiones sobre la importancia de generar lenguajes comunes al interior de la escuela, para una implementación efectiva del currículum.
Si bien en nuestro Sistema
Escolar el currículum todavía se ve como algo alejado a la realidad, cuando se
logra comprender algunos elementos básicos, es posible abordarlo en la sala de
clases de una forma efectiva así como propiciar en los estudiantes aprendizajes
profundos y significativos, es decir, que se transformen en conocimientos que
luego ellos puedan aplicar en diferentes situaciones.
En este contexto, es importante fijar la mirada en el qué hacer para
llegar a la propuesta de un currículum que considere, no solo los
requerimientos a nivel nacional, sino
que también que sea construido en conjunto con todos los miembros de la
comunidad educativa, de tal manera que contemple las características y
necesidades propias del contexto, que evidencie los elementos didácticos que
subyacen a la práctica pedagógica, que tenga en cuenta ritmos y estilos de
aprendizaje de los alumnos y que configure un plan de estudios dinámico, y secuenciado
para cada asignatura y nivel, entre otros aspectos.
Una vez acordados los
puntos anteriores por la comunidad, es necesario que los esfuerzos institucionales
en torno a la implementación del currículum, impliquen la generación de procesos de formación docente que atiendan a los
elementos arriba mencionados. Así mismo, les permita a los directivos y equipos
técnico pedagógico, diseñar estrategias
de acompañamiento y proponer nuevas alternativas de trabajo en aula, a partir
del ejercicio de la reflexión en torno a la práctica pedagógica, cuestión que
por lo demás, en la actualidad se encuentra contemplado en la política de fortalecimiento de la labor docente.
Lo anterior, implica que
la institución establezca sin duda como primera meta el cumplimiento del
currículum, pero también debe apuntar de manera inequívoca a la apropiación de
este, es decir, debe estar dirigido a que todos los estudiantes logren
aprendizajes profundos y de calidad, esos que no solo se quedan en su memoria,
sino que les permiten actuar competentemente en diversas situaciones. Esto
porque de la implementación que se haga del currículum, depende el éxito o el fracaso de
la labor docente, lo que no es fácil de evidenciar. Por lo que se hace preciso,
diseñar instrumentos de evaluación de la práctica pedagógica que permitan a los
estudiantes, directivos docentes y profesores, comprender el alcance de ese
currículum para que se considere logrado.
En este estadio, y
teniendo en cuenta que alcanzar una efectiva implementación del currículum y
lograr su apropiación, son tareas de largo alcance, cuyos frutos se pueden
observar después de varios años de trabajo, se propone en este documento,
comenzar por la revisión y en lo posible la reorientación de las prácticas de
aula, estableciendo en primera instancia, algunos acuerdos acerca del lenguaje
que la escuela utilizará en su implementación del currículum de manera común, y
a través del cual todos los profesionales que intervienen en el aula que
posibiliten diálogos en igualdad. Esto
posee una importancia fundamental al momento de planificar, desarrollar y
evaluar los procesos de enseñanza-aprendizaje de los alumnos.
En esta senda, se propone
un glosario fundamental como documento de apoyo, con el que se busca que cada
profesional vinculado al currículum otorgue igual significado a los diferentes conceptos
y términos utilizados en sus planificaciones, instrumentos de evaluación,
listados de cotejo, pautas de observación, etc., sin importar la asignatura o
nivel de enseñanza en el que realice su práctica educativa. Lo anterior,
pretende una reflexión hacia encontrar caminos comunes al momento de enfrentar
dificultades, con lo que se espera que el trabajo tenga un mayor sentido y los
resultados se vean significativamente mejorados.
El siguiente glosario, ha
sido obtenido desde distintas miradas del currículum y su definición pertenece
a diferentes autores, por lo que se ha tomado de cada concepto su significado
fundamental y se le ha agregado una interpretación que se aproxima a la
realidad de las escuelas del contexto chileno, por lo que son perfectibles y
adaptables a las necesidades de las comunidades educativas en que se inserten.
Habilidad, se considera como un
componente mental, una operación cognitiva que permite el desarrollo
intelectual, que propicia la adquisición de conocimiento de una persona, mejorando
la facilidad y rapidez con que aprende. Toda habilidad puede ser estática o
potencial. Un conjunto de habilidades constituye una capacidad. Este conjunto
de habilidades y capacidades constituye la inteligencia potencial de quién
aprende, por tanto, se puede desarrollar por medio de procedimientos (formas de
hacer) y estrategias seleccionados por el profesor que actúa como mediador del
aprendizaje. (Román y Díez y Bruner). En este sentido, es preciso señalar que toda
habilidad posee tres características esenciales, en primer lugar se desarrolla
por medio de procedimientos específicos, identificables, puede ser ilustrada
con un número amplio y variado de ejemplos, y su desarrollo se incrementa con la
práctica. Cabe señalar también que, toda habilidad se desarrolla a partir de
una aptitud, se fortalece en la vida social y cotidiana, por ende,
fundamentalmente en la escuela.
Aptitud, facilidad o propensión natural para realizar una tarea, posee un
componente cognitivo, considerado base de la inteligencia, la que en muchas
ocasiones se define como el conjunto de aptitudes necesarias para la resolución
de problemas. La aptitud manifiesta la disposición mental del individuo al
éxito y la buena realización de una tarea, cabe decir que, una aptitud por sí sola no constituye una
ventaja, puesto que debe ser desarrollada mediante la práctica y el ejercicio
específico, para lo cual existen diferentes técnicas de ejercitación y
activación. Por su parte, una aptitud por sí misma no es evaluable ni medible,
pues se encuentra inserta en el trabajo o la tarea realizada.
Destreza, Se entiende como una operación cognitiva que permite ejecutar una
serie ordenada y precisa de acciones físicas organizadas que se requieren en
una determinada tarea. Si bien, su componente fundamental es cognitivo, su
resultado final se observa como operación motriz. Por ello, podemos hablar de
destrezas motoras, manuales o digitales (todas estas implican coordinación de
movimientos).
Son ejemplos de destrezas:
movimientos deportivos, baile, tocar instrumentos, manipular instrumental de
laboratorio, entre otros.
Capacidad, es concebida como aquella disposición con que un individuo
cuenta para comprender algo, lo cual es una condición necesaria para realizar
bien un determinado tipo de actividades, sea una tarea física o mental. Es un
atributo del sujeto que se manifiesta como una energía que le permite emprender
con libertad y autonomía el camino para aprender y que es reconocida tanto por
el propio individuo como por los demás. Por ello, la capacidad para una tarea
supone no solo poder realizarla, sino realizarla correctamente. El componente fundamental de una capacidad es
cognitivo, se integra además de destrezas y habilidades. Así también del
desarrollo de capacidades se derivan, la
pericia, la eficiencia, el ser experto en algo. Al igual que la aptitud, una
capacidad no es medible ni observable directamente, sino que es inferible a
través de una conducta, la que se manifiesta a través de habilidades o
destrezas específicas.
Estrategia, se la puede definir como el "conjunto de procesos
cognitivos encuadrados en un plan de acción, empleados por un sujeto, para
abordar con éxito una tarea de aprendizaje". En este sentido, el
aprendizaje de estrategias cognitivas y su uso adecuado facilita el desarrollo
del potencial para aprender.
En este contexto, es
válido señalar que, la enseñanza centrada en contenidos o paradigma tradicional, suele olvidar u omitir
el aprendizaje de estrategias, por ejemplo: cómo resolver problemas, cómo
utilizar la memoria con eficacia, cómo seleccionar métodos adecuados para el
trabajo, cómo razonar inductiva o deductivamente, cómo utilizar imágenes
mentales para favorecer la memoria a largo plazo. Mientras que en la
actualidad, los cambios sociales requieren modalidades autónomas de trabajo y
organización de tareas y de conocimiento. Por su parte, el paradigma
socio-cognitivo, sostiene que el estudiante no es un receptor pasivo de la
información, sino que debe ser capaz de seleccionar, interpretar y transformar
la información que le llega del ambiente, y para ello debe utilizar las
estrategias cognitivas adecuadas. En este contexto, y a la luz de este paradigma,
se puede establecer el modelo de
aprendizaje-enseñanza, donde la enseñanza se subordina al aprendizaje del
alumno, produciéndose así, un aprendizaje mediado. De este modo, el aprendizaje
de estrategias y procedimientos es imprescindible, emergiendo así un modelo de
enseñanza centrado más en los procesos que en los resultados.
Se puede establecer dentro
del estudio de las estrategias de aprendizaje, que existen dos grandes
corrientes, la primera de ellas se define como, Estrategias centradas en la tarea, que se
orientan a la solución de problemas. En este marco, se entiende por estrategia
un conjunto de pasos de pensamiento, desencadenados por la instrucción,
orientados a la solución de un problema, hacia la realización de una tarea
(orientados hacia un contenido). Esta nueva forma de acercarse al aprendizaje
escolar considera al alumno como un estratega de su propio aprendizaje, capaz
de analizar sus pasos mentales al realizar una tarea escolar determinada, lo
supone situarse más allá de los modelos de ‘caja negra’ (propios del
conductismo). La segunda, se denomina Estrategias centradas en el desarrollo de
destrezas y capacidades, ellas se centran en el estudiante y se entienden como
el camino para el desarrollo de habilidades, los que a su vez desarrollan
capacidades, valores y actitudes en el sujeto.
En el marco de los cambios
que se han producido en nuestro sistema educativo, se declara que es este el
modelo imperante. Así, desde una perspectiva cognitiva, la finalidad de las
estrategias es desarrollar capacidades, destrezas y habilidades. De tal modo
que una vez determinadas las capacidades, destrezas y habilidades de los
estudiantes, el profesor que actúa como mediador, elegirá las estrategias más adecuadas
para desarrollarlas.
A partir de lo anterior,
es conveniente entonces, identificar
claramente a nivel didáctico, varios conceptos fundamentales y próximos entre
sí, que intervienen en la implementación del currículum en el aula y por ende
en el proceso de aprendizaje de los alumnos. Estos conceptos son entre
otros, procedimiento, método, meta
cognición y estrategias metacognitivas.
Procedimiento, se denomina así al conjunto de pasos ordenados establecidos como
el camino para alcanzar una meta, el procedimiento contribuye a describir cada
una de las fases o etapas que son llevadas a cabo para la consecución de un
objetivo o una meta. Así mismo, un procedimiento puede explicar, la forma en
que se produce el cultivo de un valor, ya sea por medio de un método o un
contenido.
Método, entendido como la Forma de hacer en el aula que asegura el aprendizaje
de contenidos. Cabe señalar que existen diversos métodos para el trabajo de
aula, por ejemplo, se puede desarrollar un método por investigación o
indagativo, en la que el alumno será encargado de recopilar, organizar,
seleccionar y jerarquizar la información que necesita para lograr su tarea. Así
también se puede utilizar la metodología activo- participativa, en que el
alumno participa activamente en la resolución de sus tareas, aporta sus conocimientos previos y los
integra con el conocimiento que se propone en la clase, participa de equipos de
trabajo identificando su rol y reconociendo la labor del docente como guía y
coordinador del trabajo.
A todo lo señalado hasta
ahora, se puede agregar que esta propuesta también busca lograr alumnos adquieran
herramientas, desarrollen habilidades complejas del pensamiento y fortalezcan
sus procesos meta-cognitivos, a partir de lo cual, es válido preguntarse ¿qué
entenderemos por Meta-cognición? En este sentido, y con el propósito de esbozar una respuesta, se entrega una
definición simple y concreta que puede contribuir a enriquecer los conceptos ya
tratados, que abra espacios de diálogos
profesionales conducentes a la co-construcción de una mirada pedagógica
centrada en una educación de calidad.
La meta-cognición hace
referencia al conocimiento que un sujeto tiene respecto de sus propios procesos cognitivos, de los resultados
de estos procesos y de cualquier aspecto que se relacione con ellos; es decir,
el aprendizaje de las propiedades relevantes que se relacionen con la información
y los datos. En este contexto, se debe
considerar que cada individuo, de alguna manera siempre presenta rasgos de meta
cognición, aun cuando no sea capaz de hacerlos conscientes, razón por la que es
posible su desarrollo por medio de experiencias de aprendizaje que sean
adecuadas, entre las que se pueden contar la realización de circept, mapas
conceptuales, mapas mentales, resolución de problemas explicitando los pasos
realizados para alcanzar el resultado, entre otras muchas que se pueden
describir y explicar en otro momento.
En relación con lo anterior,
conviene señalar que según los métodos utilizados se puede alentar en mayor o
menor medida los procesos cognitivos, e incluso desincentivarlos, por lo que es
importante tener en cuenta que la meta-cognición presenta 4 características,
que son:
1. Llegar a conocer los
objetivos que se quieren alcanzar con el esfuerzo mental.
2. Posibilidad de elección
de las estrategias para conseguir los objetivos planteados.
3. Autoobservación del
propio proceso de elaboración de conocimientos, para comprobar si las estrategias
elegidas son las adecuadas.
4. Evaluación de los
resultados para saber hasta qué punto se han logrado los objetivos.
En esta línea, para lograr
un buen desarrollo de la meta-cognición el estudiante requiere saber qué
objetivos se busca lograr y cómo tendrá
que proceder para lograrlos, esto con el fin de establecer su autorregulación o
estrategia. Así, un alumno es cognitivamente maduro cuando sabe qué es aprender
y cómo debe trabajar mentalmente para ello. Consecuentemente, la comprensión
de los alcances de la meta-cognición en
el ámbito escolar, permitiría responder
a ciertas preguntas tales como: ¿qué hace mal el alumno en su proceso de
aprendizaje?, ¿qué debe hacer el estudiante para que su aprendizaje sea
eficaz?, ¿qué hace mentalmente el estudiante eficaz para obtener un aprendizaje
profundo? La elaboración de respuestas para satisfacer estos cuestionamientos, ha permitido desarrollar modelos de enseñanza
y de aprendizaje que hoy se conocen como "estrategias de aprendizaje".
De esta manera, los docentes pueden contar con los conocimientos y las
herramientas necesarias para combatir el bajo rendimiento escolar y fortalecer
a los alumnos métodos de enseñanza eficaces. Por su parte, para lograr lo
expuesto, no es necesario que los alumnos entiendan a fondo los procesos meta-cognitivos,
sólo se requiere que se les enseñe a aprender
considerando los principios de la meta-cognición, desarrollándose en
ellos las habilidades y procesos importantes para la meta-cognición, puesto que
estos procesos funcionan de una manera similar a cuando una persona aprende a
hablar bien sin conocer las reglas gramaticales, pero no puede hablar bien si
no aplica esas reglas.
Algunas investigaciones de
los últimos años, han dado como resultados el diseño de métodos, programas,
técnicas y estrategias sobre los aspectos fundamentales involucrados en el
aprendizaje, lo que se ha traducido por ejemplo en el trabajo por parte de los
estudiantes de identificación de las ideas principales, técnicas de subrayado,
elaboración de resúmenes, redacción
escrita, tomas de apuntes, desarrollo de la comprensión, ejercitación de los
procesos de atención, memoria, construcción de razonamientos, solución de
problemas, enseñar a pensar, arte de preguntar, representaciones, etc. sin
embargo, esto podría llevar a creer que se puede establecer separaciones, sin
embargo eso es artificial, puesto que la
mente trabaja globalmente, sin desvincular unas acciones de otras. Por ejemplo,
es difícil separar el pensar del razonar y de la resolución de problemas.
De acuerdo con lo que se
ha planteado, el trabajo en aula implica que se desarrollen estrategias
metacognitivas con los estudiantes, puesto que con ello se generan mejores y
más sólidos aprendizajes, al mismo tiempo que se colabora en la construcción de
conocimientos nuevos, sin embargo, para lograr adecuadamente esto, es preciso
considerar lo siguiente. En primer lugar, decidir cuál es la naturaleza del problema
que hay que solucionar, luego formar una representación mental que guíe la
ejecución de las estrategias, después localizar la atención y otras operaciones
mentales y finalmente, observar los procesos de la solución.
Desde esta perspectiva,
un modelo pedagógico interesante que
permite avanzar hacia lo que se ha planteado, es el constructivismo, dado que
reconoce al aprendizaje como una construcción activa de sujeto que aprende, aun
cuando el docente pudiera utilizar metodologías tradicionales. A su vez, el enfoque
constructivista permite advertir dificultades que puedan presentar los alumnos en
una situación de aprendizaje, a partir de lo cual, aporta una guía para
desarrollar estrategias de enseñanza y aprendizaje más eficientes, empleando un
proceso de enseñanza donde el protagonista central es el estudiante, sus
intereses, sus habilidades para aprender y sus necesidades en el sentido más
amplio. En este ámbito, se puede
sostener que en el constructivismo, el conocimiento no es recibido en forma
pasiva, sino construido activamente por el sujeto cognoscitivo (estudiante),
reconoce que la función cognitiva es adaptativa y permite al que aprende la
construcción de explicaciones viables sobre las experiencias y, por último el
proceso de construcción de significados está siempre influenciado por el
entorno social del cual el individuo forma parte.